El culto al Dios Mitra se pierde en la noche de los tiempos. Su origen parece situarse en la actual India, donde ya es mencionado en los Vedas. Allí, Mitra actuaba en conjunción con el Dios Varuna, con un carácter parecido al que luego desarrollaría como Dios de los Contratos y de la Amistad en Irán.

El Emperador Titus Flavius Domitianus (81-96)

Varuna es el Señor del Ritmo Cósmico y del Cielo Estrellado; Mitra produce la luz del Amanecer, que durante la noche es cubierta por Varuna. En el Shatapatha Brahmana, a esta dualidad de dioses se le llama El Consejo y el Poder: Mitra es el Consuelo y Varuna el Poder; Mitra es el Sacerdocio y Varuna el Gobierno Real; Mitra es el Sabio y Varuna el Dirigente.

Alrededor del año 1000 antes de nuestra era, en la region persa de Bactriana, al este de Irán, nace el Profeta Zarathustra que revolucionó el sistema religioso persa, creando el Mazdeismo, sistema religioso precursor de religiones monoteístas, como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo que se nutrieron de las creencias mazdeistas a la hora de configurar su propio sistema.

Según Zarathustra el mundo está corrompido accidentalmente y puede y debe ser reformado por la acción humana. El carácter primigenio de la Creación es la Luz, la Sabiduría y la Verdad, pero en ellas ha entrado la Oscuridad, el Engaño y la Mentira. La función del hombre es erradicar estos aspectos negativos por medio de buenos pensamientos, de las buenas palabras y de las buenas acciones. Es decir, la Creación es intrínsecamente buena, así como el ser humano, y la maldad que pudiera haber es algo accesorio que debe ser corregido. No existen, pues, conceptos como el de Pecado Original o el de la Caída.

El Mitraísmo ha sido religión de estado en Cilicia, Partia, Capadocia, Armenia, Bitinia y el Ponto. Duris, historiador del siglo IV antes de nuestra era, habla ya de fiestas celebradas en honor de Mitra de 6 días de duración, abiertas por el propio rey. Los piratas cilicios celebraban los Misterios de Mitra y los propios reyes del Ponto solían llevar el nombre de Mitríades. El primer documento escrito por Plutarco que habla de los Misterios de Mitra data del año 67 antes de nuestra era.

Vencidos los piratas cilicios por Pompeyo, fueron los propios legionarios romanos quienes se interesaron por el Mitraísmo y quienes expandieron el Culto a Mitra por el resto del Imperio. Las legiones romanas destacadas en el Oriente Próximo lo consolidaron en Roma y, en el siglo I, ya se encontraba extendido por todo el Imperio, donde un enorme número de altos funcionarios y miembros del ejército participaban de las ceremonias mitraicas. El Culto a Mitra arraigó en tiempos del Emperador Domiciano y fue practicado con regularidad por el Emperador Trajano.

Al final del siglo I de nuestra era, ya se encontraba extendido por todo el Imperio: desde Escocia hasta Alejandría y Hispania, pasando por Roma, los actuales países danubianos y el norte de África, y contaba con muchísimos cientos de miles de miembros.

     
     
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